miércoles, 23 de enero de 2019

Santo Tomás: Dios. (Medieval).


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1. La existencia de Dios como preámbulo de fe.

1.1. La existencia de Dios desde la filosofía.

1.2. La existencia de Dios desde la teología.


2. El Dios griego y el Dios cristiano.

2.1. Platón: el Demiurgo.

2.2. Aristóteles: Primer Motor Inmóvil y Acto Puro.


3. ¿Es necesario demostrar la existencia de Dios? La proposición "Dios existe", ¿es evidente?
a) Para San Anselmo: argumento ontológico.
b) Para Santo Tomás, en cambio, no es evidente y por eso debe demostrarse:
c) Debe demostrarse, pero ¿puede demostrase?


4. Las Cinco Vías: demostración racional de la existencia de fe.
a) Primera vía: la vía del cambio (argumento cosmológico):
b) Segunda vía: la vía de la causalidad eficiente.
c) Tercera vía: la vía de la contingencia.
d) Cuarta vía: la vía de los grados de perfección.
e) Quinta vía: vía de la causa final.


5. La esencia de Dios: ¿Qué es Dios?

a) La esencia de Dios es un artículo de fe.
b) Como preámbulo de fe, sin embargo, podemos pensar, aunque de manera muy defectuosa, qué es Dios, siguiendo dos vías:
- Vía de la teología negativa.
- La vía de la eminencia.



1. La existencia de Dios como preámbulo de fe.


El problema de la existencia de Dios se estudia en la teología natural como preámbulo de fe. Es decir, se llega a la existencia de Dios tanto desde la filosofía como desde la teología.


1.1. La existencia de Dios desde la filosofía.


La existencia de Dios forma parte de las verdades a las que puede acceder la razón natural (la filosofía) de manera autónoma (sin la ayuda de la revelación). Eso permite tener un terreno común con las otras dos religiones monoteístas (judaísmo e islam) y un apoyo racional para enfrentarse con la herejía.


1.2. La existencia de Dios desde la teología.

Ahora bien, dada la importancia de conocer la existencia de Dios, Dios la ha revelado en la Escritura para que todos puedan conocerla aunque no hayan tenido tiempo o capacidad para conocerla por medio de la filosofía. Además, con la fe se puede penetrar más profundamente en esa verdad de la existencia de Dios, de manera que no solo la aceptemos como dato de conocimiento sino como verdad existencial.


Ahora bien, si la teología natural (la parte de la filosofía que estudia la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y la creación del mundo) llegara a la conclusión de que Dios no existe, debería rectificar, porque aunque es cierto que la razón es un don de Dios, el hombre puede equivocarse al utilizarla, mientras que Dios no lo hace al revelarse a sí mismo en la Escritura. Mantener, al mismo tiempo, que Dios existe según la Biblia, pero no existe según la filosofía, sería incurrir en la herejía de la doble verdad de los averroistas latinos. En caso de que se dé esa contradicción, siempre hay que obedecer antes a la fe que a la razón, porque sobre estos asuntos no hay doble verdad. La verdad es única.

2. EL Dios griego y el Dios cristiano.


Veamos la diferencia entre la filosofía griega y la cristiana en lo que se refiere al problema de Dios. Esas diferencias están en funcíon de los distintos problemas metafísicos de los que se ocupa cada una de las etapas:


- La época antigua: el problema del ser y el devenir. Las cosas de la fisis cambian, pero de manera ordenada (debido al a intervención de un logos, de un arjé).
 






- La época medieval: el problema de por qué hay algo en lugar de nada. Dios crea de la nada por amor.


2.1. Platón: el Demiurgo.

El Demiurgo es el dios artesano que pone orden en el caos material utilizando como modelo arquetipos matemáticos. Teniendo en cuenta la resistencia del caos para ser ordenado (el caos quiere seguir siendo caos), este artesano divino lo modela conestructuras matemáticas y geométricas hasta donde la resistencia del caos material se lo permite. Su labor se nota en el dualismo cosmológico positivo que hace que las cosas del mundo material participen, imiten, quieran parecerse a su modelo ideal correspondiente.


- Pero el Demiurgo no crea de la nada, como el Dios cristiano, si no a partir de algo preexistente, el caos. Sin embargo, es cierto que Platón afirma en alguno de sus mitos sobre la inmortalidad del alma que el Demiurgo crea las almas. Una creación que es muy similar a la creación de las almas por parte del Dios cristiano.


- El Demiurgo tampoco crea los modelos que le sirven para ordenar el caos, las ideas, que, además, son más perfectas que el propio Demiurgo. El Dios cristiano, en cambio, no solo da la existencia a los entes contingentes, sino que también crea sus esencias según su ley eterna.


2.2. Aristóteles: Primer Motor Inmóvil («ho ou kinoúmenos kineî», "primum movens") y Acto Puro.


El Primer Motor Inmóvil («Lo que mueve sin ser movido») es la sustancia eterna que pone en movimiento a todas las esferas celestes. Esta forma inmaterial de actividad mueve todo lo que existe sin moverse y sin ser movido por ningún otro motor. Existe fuera de la esfera de estrellas, donde incluso la noción de lugar no está definida para Aristóteles. Su influencia sobre los seres inferiores es puramente el resultado de una «aspiración o deseo», de manera que cada esfera celestial emula al motor inmóvil, lo mejor que puede, con su movimiento circular uniforme. El primer cielo, la esfera más exterior de las estrellas fijas, es movido por el deseo de emular al motor primario.


En efecto, la perfección de este motor divino es tal que no necesita cambiar para ser algo mejor, por eso está quieto. No hay nada más que pueda ser, no hay potencias que le queden por realizar. Toda su perfección está eternamente en acto. Por eso es Acto Puro. La perfecta actualización de todas sus potencias es, a su vez, la causa final de todos los demás seres. En todo ente o sustancia, hay potencias, posibilidades, que le permite su esencia, que no se han realizado. Por eso todo cambia. Y todo cambia para poner en acto lo que aún es en potencia. De hecho, la teleología, la causa final por la que todo cambia, es esa activación de las potencias. Por ejemplo, la racionalidad esencial del ser humano es una potencia que se actualiza a medida que conoce la verdad. La plena actualización de las potencias es la felicidad, la vida perfecta, hacia la que atrae, como una fuerza universal, a todos los seres, el ser que es eternamente perfecto, Dios, el Acto Puro.


Santo Tomás utiliza este concepto aristotélico de Primer Motor Inmóvil para demostrar la existencia de Dios en su Primera Vía. Sin embargo, hay diferencias importantes con el Dios cristiano:


- Ni el Primer Motor Inmóvil ni el Acto Puro crean de la nada como el Dios cristiano. Son más bien la causa del cambio ordenado de todas las cosas hacia la perfección.


- Ni el Primer Motor Inmóvil ni el Acto Puro actúan con la intención de ser causa del cambio ordenado de las sustancias. Podríamos decir que van a lo suyo y que causan lo que causan como consecuencia de su forma de ser sin que haya ningún plan que tenga en cuenta a los entes. Sin embargo, Dios crea conscientemente por amor y es el amor la razón de ser de su plan divino.


- Acto Puro y Primer Motor Inmóvil mueven y atraen por su perfección a lo que es menos perfecto. Pero no se mezclan con ello. En cambio el Dios cristiano, con su Providencia, se hace hombre y se compromete con su plan divino adquiriendo él mismo la condición de criatura.



3. ¿Es necesario demostrar la existencia de Dios? La proposición "Dios existe", ¿es evidente?

a) Para San Anselmo: argumento ontológico.





1033 ó 34-1109. Benedictino.


La existencia de Dios es evidente en cuanto analizamos su concepto . Y por lo tanto, al ser evidente, no es necesario demostrarla: si somos capaces de pensar en el ser más perfecto que pueda imaginarse, éste tiene que existir porque la existencia es una perfección.

b) Para Santo Tomás, en cambio, no es evidente y por eso debe demostrarse:

- Si fuera evidente no se podría pensar lo contrario de la proposición "Dios existe". Pero se puede porque hay personas que niegan la existencia de Dios.


- Frente a lo que afirmaba San Anselmo, los griegos no definen a Dios como el ser más perfecto que pueda imaginarse, sino como un ser finito (de hecho, hay muchos y no uno solo).


- La proposición "Dios existe" quizá sea evidente en sí misma pero no para nosotros porque nuestra razón (finita) no alcanza a comprender la esencia de un ser infinito como Dios.


- Como afirmaba San Agustín, es cierto que tenemos cierto conocimiento intuitivo de Dios como suprema felicidad (la respuesta plena a lo que estamos buscando), pero esa intuición no es equiparable a la evidencia de los primeros principios de las matemáticas o de la lógica, porque la felicidad es interpretada de muchas maneras según cada persona.


Por lo tanto, la proposición "Dios existe" no es evidente y debe demostrarse.


c) Debe demostrarse, pero ¿puede demostrarse?

- Si fuera un artículo de fe no podría demostrarse y sólo sabríamos de la existencia de Dios por la fe porque sería una verdad sobrenatural que no podríamos alcanzar con la capacidad natural de la razón y de la filosofía.


- Sin embargo, la existencia de Dios es un preámbulo de fe; es cierto que no sabemos qué es Dios (porque su perfección nos supera infinitamente), pero si sabemos lo que significa su nombre (ser infinitamente superior y trascendente). Y, sobre todo, la experiencia del mundo (realidad contingente, en la que todo lo que sucede, sucede por una causa, donde incluso los seres irracionales siguen un orden racional) no podría darse si Dios no existiera. Por lo tanto, aunque no podamos determinar qué es Dios (su esencia), si parece que es necesario afirmar su existencia para justificar la experiencia que tenemos del mudo.


4. Las Cinco Vías: demostración racional de la existencia de fe.

Las Cinco Vías tienen en cuenta los siguientes aspectos:


- Como no conocemos bien la causa de la experiencia (Dios) que tenemos del mundo (efecto), no podemos demostrarlo a priori (no podemos demostrar su existencia como hacía San Anselmo, a partir del concepto de Dios en nuestra mente), sino a posteriori (es decir, a partir de la experiencia del mundo que queremos explicar).


- Dios creador precede (es anterior) a sus criaturas en el orden metafísico (la causa es anterior al efecto: el creador va antes que lo creado), pero en el orden psicológico (a la hora de conocer a Dios) el Creador viene después que sus criaturas porque se llega a él a partir de una meditación sobre el mundo que remite a su autor.


Por lo tanto, cada una de las vías o pruebas racionales de la existencia de Dios, parte de un hecho que podemos experimentar pero que no se puede explicar si Dios no existiera.


a) Primera vía: la vía del cambio (argumento cosmológico):
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- Observamos el cambio y el movimiento de las criaturas. El cambio es el paso de la potencia al acto.


- Ahora bien, todo paso de potencia a acto requiere de algo en acto anterior que haga pasar al ente de la potencia al acto. Pero este proceso no puede ser infinito (...-potencia-acto-potencia-acto-potencia-acto...) porque aplaza el problema sin explicar el cambio que vemos en el presente.


- Luego debe existir un Primer Motor Inmóvil que mueva sin ser movido, primera causa eficiente del cambio, al que todos llaman Dios.


b) Segunda vía: la vía de la causalidad eficiente.

En los problemas de la ética y de la politica santo Tomás recurre sobre todo a la causalidad final o teleología para explicar las tendencias naturales de los entes. Pero para explicar algo, además de conocer hacia dónde tiende (su finalidad), también hay que entender qué pone en movimiento a ese ente para que cambie con vistas a acercarse a su felicidad. Eso que pone en movimiento se llama causa eficiente, porque es la causa que hace que lo que ese ente puede ser en potencia, comience a serlo en efecto, en acto.

 
- Todo lo que sucede, sucede por una causa.


- Pero ningún suceso es causa eficiente de sí mismo porque entonces tendría que ser antecedente de si mismo, lo que es imposible. Sin embargo, no podemos llegar hasta el infinito en las relaciones causa-efecto, causa-efecto... porque jamás llegaríamos a explicar los efectos que vemos en el presente.
- Luego debe existir una Primera Causa Incausada a la que todos llaman Dios.
c) Tercera vía: la vía de la contingencia.


Esta tercera vía de la contingencia es fundamenal en el problema metafísico de la creación para explicar por qué hay algo en lugar de nada.
 
- Las criaturas no poseen el ser en virtud de su esencia porque nacen y mueren; durante un tiempo no han sido y en un tiempo dejarán de ser. Son contingentes: existen pero podrían no existir. No existen en virtud de su esencia.


- Sin embargo hay criaturas que existen. ¿Cómo es eso posible si no tienen la existencia en propiedad y de donde no hay no se puede sacar, es decir, no pueden sacar la existencia de su esencia?


- Si las criaturas existen pero no por ellas mismas, habrán de existir por Otro, un Ser Necesario cuya esencia consista en existir y, por lo tanto, que sea capaz de poner en acto de existir a la esencia de las criaturas (creación) que sólo tienen la existencia en potencia. Un ser que, además de crearlas, las mantenga en el ser (Providencia). A este

Ser Necesario todos le llaman Dios.


d) Cuarta vía: la vía de los grados de perfección.



 La teoría de los trascendentales está inspirada en la manera en que Platón relaciona el mundo sensible y el mundo de las ideas: por imitacion, participación o copia. De tal manera que a medida que recordamos y ascendemos por la escalera gnoseológica lo que conocemos se parece más a la idea que imita.
 
- Observamos que existe un más y un menos en el ser, en la bondad, en la unidad, en la verdad, de todos los entes (trascendentales).


- Pero ese más o menos no depende de la esencia de los seres porque si dependiera de ellos elegirían tener la máxima perfección. Pero no la tienen.
- Por lo tanto, las cosas más o menos verdaderas lo son en relación con un ser absolutamente uno, verdadero y bueno del que participan y que es fuente de todo lo que es uno, verdadero y bueno. A ese Ser Perfecto todos le llaman Dios.


e) Quinta vía: vía de la causa final.



En esta quinta vía podemos rastrear la presencia del Demiurgo platónico, ordenando matemáticamente la materia caótica en un dualismo cosmológico amistoso


- Observamos que todas las cosas actúan como si tendiesen hacia algún fin (causa final, teleología); las cosas no se limitan a cambiar, sino que lo hacen ordenadamente (según leyes).


- Sin embargo, la mayoría de los entes carecen de conocimiento para decidir esa finalidad (no son racionales) y sin embargo se comportan siguiendo un orden racional (no se comportan caprichosamente).


- Como de donde no hay no se puede sacar (de los entes irracionales no puede salir un orden racional), tiene que haber una Inteligencia Divina trascendente, ordenadora, que explique el orden armonioso que existe en el universo y que siguen incluso los seres irracionales. A ese Inteligencia Ordenadora todos la llaman Dios.




5. La esencia de Dios: ¿Qué es Dios?

Una vez demostrada la existencia Dios (Dios es), ¿podemos decir qué es Dios? Además de afirmar que es el ser cuya esencia consiste en existir, ¿podemos decir algo más?


a) La esencia de Dios es un artículo de fe.

A diferencia de la existencia de Dios, que es un preámbulo de fe, la esencia de Dios es un artículo de fe. De la intimidad de Dios solo sabemos lo que Dios mismo quiera revelarnos, por ejemplo que es "tres personas y un solo Dios" (Trinidad).


b) Como preámbulo de fe, sin embargo, podemos pensar, aunque de manera muy defectuosa, qué es Dios, siguiendo dos vías:

- Vía de la teología negativa o apofática:


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Tiziano. Oración en el huerto. 1562.

Dada la infinita distancia que existe entre Dios y las criaturas, acertamos más diciendo lo que Dios no es que lo que Dios es. Una forma de conocer a Dios es afirmar su absoluta diferencia respecto de nosotros. 

Para el intelecto humano sólo es posible aprehender lo que Dios no es, mientras que la comprensión real de la divinidad es imposible, aún de manera fragmentaria, porque trasciende la realidad física y las habilidades cognitivas humanas. Para esta vía, Dios es incognoscible e incomprensible; lo que conocemos y comprendemos nunca es lo divino, sino una entidad finita. De aquí se deduce que sólo podemos decir de Dios lo que no es: que no es un género, ni una especie, y que está más allá de todo lo que podemos conocer y concebir.



Vía de la eminencia o teología afirmativa o positiva (catafatismo):
Es un método teológico que admite la posibilidad de conocer a Dios mediante la razón y el contacto con la realidad. La creación, concebida como una obra de Dios, se convierte en el instrumento mediante el cual se pueden identificar los atributos del Creador. Gracias a la analogía del ser podemos hacer algunas afirmaciones "positivas" de Dios elevando a la máxima potencia las perfecciones que vemos en las criaturas. Siguiendo los trascendentales, si vemos, por ejemplo, que las criaturas son buenas, Dios es el Sumo Bien.


























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