miércoles, 13 de marzo de 2019

Kant: conocimiento y metafísica. (Moderna).


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1724-1804





1. Filósofo moderno e ilustrado.

1.1. "Sapere aude".

1.2. La influencia de Hume.

a) Racionalismo dogmático de Wolf.

b) Despertar del sueño dogmático: negación de la metafísica.

c) Escepticismo de Hume: negación del fundamento de la física de Newton.

1.3. Criticismo de Kant.

2. Crítica de la razon pura: ¿Qué puedo conocer?


2.1. Objetivos de la Crítica de la razón pura.
a) El problema de la fundamentación de la física de Newton.

b) El problema de la fundamentación de la Metafísica como ciencia.

2.2. ¿Qué es la ciencia?

2.3. ¿Cómo es posible la ciencia? Lo puro de la sensibilidad y del entendimiento.
 

a) De las ideas innatas al idealismo (puro) trascendental.

b) El tiempo y el espacio: intuiciones puras de la sensibilidad.

- De las impresiones al fenómeno.

- La fundamentación de las matemáticas (aritmética y geometría) como ciencia.

- El noúmeno.
c) Las categorías: formas puras del entendimiento.

- Del fenómeno al juicio.

- Fundamentación de la física como ciencia.

2.4. Las ideas regulativas de la razón.

a) Imposibilidad de la metafísica como ciencia.


b) La metafísica como actividad clasificadora del conocimiento: de los juicios a su sistematización bajo las ideas regulativas (mundo, alma, Dios).

c) Conocer lo fenoménico (ciencia) y pensar lo nouménico (metafísica).


1. Filósofo moderno e ilustrado.


La obra de Kant ocupa un lugar clave en la Historia de la Filosofía porque en él desembocan las dos corrientes de la filosofía moderna (racionalismo y empirismo). Ademas estamos ante un decidido defensor de la Ilustración.


1.1. "Sapere Aude".


Kant es, sin duda, el filósofo más importante del siglo XVIII. Admirador de la independencia de los Estados Unidos y de la Revolución Francesa, profesó los ideales ilustrados de progreso (idea criticada por Rousseau), tolerancia (política y religiosa, como propuso Locke) y cosmopolitismo (si todos somos ciudadanos del mundo antes que cada uno de su nación, se evitarán las guerras).
Definió la Ilustración como aquella actitud mental por la que el hombre adquiere autonomía y se decide a "salir de su minoría de edad utilizando su razón ("sapere aude", atrévete a saber) en ayuda de otro (la razón puesta al servicio de la emancipación de la naturaleza y de la sociedad)". Minoría de edad que Hume identificó con la superstición religiosa pero que Kant achacó más bien a la heteronomía moral y a la falta de criterio frente a las ideas preestablecidas. 

1.2. La influencia de Hume.


a) Racionalismo dogmático o escolar.


En las universiades alemanas predominaba el racionalismo dogmático. Kant designa con este término el racionalismo radical de Leibniz y Wolf (1679-1754), para quienes el único conocimiento científicamente válido es el basado en las ideas innatas de la razón demostradas por Descartes. Wolf mantenía además la posibilidad de construir una metafísia científica; es decir, un saber acerca del alma (psicología racional), del mundo (cosmología racional) y de Dios (teología racional), sin contar para nada con la experiencia sensible, solo a partir de lo que seamos capaces de deducir sin contradicción de esas ideas innatas.

 Sin embargo, a partir de la lectura de Hume, realizada por Kant, se detecta en Alemania la influencia del empirismo británico que, al fundar el conocimiento en la experiencia, rechaza que la metafísica sea una ciencia. El propio Kant dirá de Hume que le hizo "despertar del sueño dogmático", es decir, del sueño del racionalismo dogmático que se creían capaz de hacer ciencia solo por deducción racional. 

A partir de aquí comienza su actitud crítica: frente al "dogmatismo"  racionalista que intenta deducir todo el conocimiento a partir de las ideas innatas sin evaluar antes si la razón está en condiciones de hacerlo, el criticismo kantiano se propondrá no usar la razón antes de calibrar sus límites y posibilidades.

b) Despertar del sueño dogmático: negación de la metafísica. 

 LLevando hasta sus últimas consecuencias el empirismo de Locke, Hume llegaba a la conclusión de que era imposible la certeza teórica sobre las tres ideas innatas de Descartes: Dios, los seres humanos como sustancias pensantes (alma) y la existencia de un mundo externo a la conciencia (mundo) . El ser humano, lo había dicho ya Locke, nace con la mente en blanco, como una plancha de cera sobre la que irán dejando su rastro los impactos de la experiencia. A lo sumo, afirmaba Hume, se puede tener certeza de que hay una realidad ahí "afuera" que se adecua, mal que bien, a las leyes de nuestra psicología (asociación, semejanza y contigüidad), pero nada más.
 

Ante esto, cabe preguntarse, sin embargo, si es aceptable, por ejemplo, que la magnífica descripción que la física newtoniana ofrece del cosmos no sea más que un conjunto de ideas que permiten a los hombres vivir en el laberinto de la realidad y de las que solo se tiene certeza práctica. ¿Está Hume en lo cierto al pretender que tanto las metafísica como la física solo responden a la necesidad psicológica humana de crear un mundo a su medida? ¿La física solo funciona o también es verdad?

c) El escepticismo de Hume: negación del fundamento de la física de Newton. 

Hume, como ya había sostenido Platón con su diferencia entre doxa y episteme, mostró que la experiencia no es fundamento suficiente de los juicios universales y necesarios (episteme), ya que:
 

- Por un lado, la experiencia jamás aporta información sobre todos los casos, sino tan solo sobre aquellos de los que tenemos experiencia. Nunca es, por lo tanto universal.
 

- Y, por otro lado, porque todo cuanto acontece en nuestra experiencia puede ser de otra manera, es contingente. De hecho, dice Hume, podemos concebir fácilmente un fenómeno sin causa; luego, tener causa no es algo necesario al fenómeno. Por lo tanto, nunca es necesaria.


Si la experiencia no es universal y necesaria, no se puede hacer episteme sobre ella (juicios universales y necesarios), sino a lo sumo doxa (juicios particulares y contingentes). Como veremos, Kant intentará demostrar justamente lo contrario (y con ello invertir la escalera gnoseológica platónica): que si es posible la episteme sobre la experiencia (física, mundo sensible), mientras que la metafísica (mundo de las ideas) en el mejor de los casos solo es doxa sobre aquello que está más allá de la experiencia y que, sin embargo, seguimos pensando.


1.3. Criticismo.


Kant elabora un sistema original (el idealismo trascendental) que sintetiza las aportaciones fundamentales del racionalismo (ideas innatas) y el empirismo (experiencia). Como filósofo, superador del racionalismo y del empirismo, intentó mostrar los errores en que incurrieron ambas corrientes, y salvar sus aportaciones positivas sometiendo, para ello, a un análisis riguroso (llamado "crítica" ) las capacidades del entendimiento (racionalismo) y los sentidos (empirismo) para darnos un conocimiento preciso del mundo (y no simplemente una certeza práctica como pensaba Hume). Esto es precisamente el criticismo, antes de usar la razón hay que valorar sus límites y posibilidades. Concepto el de criticismo que se opone al de "dogmatismo" que usa la razón sin evaluar antes esos límites y posibilidades. Pues bien:

- Frente al racionalismo, Kant considera que la razón no puede deducir de las ideas innatas todo el edificio del saber. La razón no puede tanto como creen los racionalistas. No puede empezar a operar legítimamente al margen de la experiencia.

- Pero frente al empirismo, sí que está capacitada para construir conocimiento más allá del a experiencia. Por lo que los empiristas habrían limitado sin necesidad la capacidad de la razón.

Dicho de otra manera, para el filósofo de Königsberg, racionalismo y empirismo se equivocan al convertir en condición suficiente para el conocimiento lo que únicamente es condición necesaria. En efecto, aunque tanto las impresiones (contenidos mentales de experiencia) como las ideas innatas (estructuras racionales) son necesarias, por sí solas no bastan, para explicar el conocimiento. Conocer es organizar las impresiones de los sentidos (empirismo) de acuerdo con las ideas de la razón. Por tanto, las impresiones sin ideas son ciegas, y las ideas o conceptos sin impresiones, vacíos, afirma Kant. Racionalismo y empirismo tienen que completarse mutuamente y dejar atrás sus respectivos radicalismo. 


2. Crítica de la razón pura: ¿Qué puedo conocer?

Los objetos propios de la reflexión filosófica propuestos por Descartes al inicio de la filosofía moderna como ideas innatas (Dios, alma y mundo), son abordados por Kant desde el intento de responder a tres preguntas fundamentales:


- ¿Qué puedo conocer? Con la que Kant retoma la pregunta inaugural de la filosofía moderna de Descartes. Frente al escéptico y barroco "¡qué se yo!" de Montaigne, el lema ilustrado de Kant: "sapere aude"! (Atrévete a saber).


- Las otras dos preguntas son: ¿qué debo hacer? y ¿qué puedo esperar?


A juicio de Kant, estas preguntas se resumen en una sola: ¿qué es el hombre? (como es habitual en el giro antropológico de la filosofía moderna).


Kant aborda el problema del conocimiento y de la metafísica en la pregunta ¿qué puedo conocer? A la que atiende esencialmente en su obra Crítica de la razón pura.


2.1. Objetivos de la Crítica de la razón pura.

Podemos decir, en general, que esta obra se escribe para responder a los desafíos que Hume había lanzado con su empirismo radical:


- ¿Es verdad que la física de Newton no está fundamentada? A juicio de Hume, es indudable la certeza práctica de la física de Newton ha traido progreso y acuerdo a la ciencia del cambio natural. Pero al sacar juicios universales y necesarios de la experiencia contingente y particular pretendería ir más allá de lo que la razón puede afirmar legítimamente.

- ¿Es verdad que la metafísica no es una ciencia? Al ser una actividad que pretende deducir todo el edificio del conocimiento de las ideas innatas al margen de la experiencia, la razón iría más allá de sus posibilidades y construiría un monstruo de especulación y superstición.


a) El problema de la fundamentación de la física de Newton.


En esta obra estudia de dónde proceden los juicios universales y necesarios sobre la experiencia para fundamentar la física de Newton, para que no sea simplemente, como pretendía Hume, una teoría sobre el mundo que funciona. Kant pretende demostrar que la física de newton no solo describe bien lo que pasa (certeza práctica de Hume), sino que también funciona siempre (universalidad) y que los fenómenos que describe se comportan así y no pueden comportarse de otra manera. Tendrá, por lo tanto, que demostrar que la física newtoniana no incurre en la falacia naturalista (pasar de que las cosas sea de una manera a que tengan que ser así) que Hume había utilizado para rechazar la moral racionalista.


Lo curioso de estos juicios universales y necesarios de la física de Newton, es que, si bien no proceden de la experiencia (como demuestra Hume, porque la experiencia no es universal ni necesaria), sí hablan de ella. La afirmación "todo fenómeno tiene una causa" versa sobre hechos de la experiencia y está referida al modo en el que suceden las cosas (ocurren de tal modo que todas tienen una causa). Ahora bien, si estos juicios no proceden de la experiencia, ¿cuál es su fundamento? ¿Cómo son posibles estos juicios que, no procediendo de la experiencia, se refieren, sin embargo, a ella?


b) El problema de la fundamentación de la metafísica como ciencia.


A juicio de Kant, dos son las características fundamentales que presenta el conocimiento científico y que la metafísica debería tener también, si aspira a ser ciencia:

- Acuerdo: los científicos se ponen de acuerdo en sus teorías. ¿Quién se atrevía a discutir la mecánica gravitatoria celeste desarrollada por Newton?


- Progreso: las teorías modernas mejoran las precedentes. El poder explicativo de la física newtoniana es mucho mayor que el de la aristotélica.


La certeza práctica que Hume tiene sobre la física de Newton se basa en el innegable acuerdo y el progreso que proporciona. Otra cosa, como le preocupa Kant, es saber si ese acuerdo y progreso es casual o si se puede demostrar que también describe como se comportan necesariamente todos los fenómenos físicos.


Ahora bien, ¿existe este acuerdo y progreso del que goza la física en el ámbito de la metafísica? La respuesta kantiana es que, en esta disciplina, ambos rasgos brillan por su ausencia:


- En primer lugar, no hay acuerdo entre los filósofos (las polémica entre empiristas y racionalistas ilustran este punto).


- Tampoco está claro, en segundo lugar, que haya progreso: ¿es mejor la filosofía de Descartes que la de Aristóteles? En ambas hay errores y aciertos, ambas resultan convincentes....


La metafísica, al carecer de acuerdo y progreso, no es, por tanto y por ahora, científica. ¿Podría, sin embargo, llegar a serlo? Para responder a esta pregunta, es menester aclarar dos cuestiones previas: ¿qué es la ciencia y cómo es posible? Al responder a estas preguntas conseguiremos dos objetivos:


- Demostrar que el progreso y el acuerdo de la física no es circunstancial (por casualidad) sino que se basa en que de verdad describe cómo funcionan obligatoriamente los fenómenos físicos (por causalidad).


- Indicar las diferencias entre hacer física y hacer metafísica. Diferencias que invalidan la pretensión del racionalismo dogmático de deducir la física de la idea innata de extensión.


2.2. ¿Qué es la ciencia?


Para Kant la ciencia es un sistema de juicios sintéticos a priori. Definamos primero, por separado, qué es un juicio sintético y qué es un juicio a priori.


- Juicios sintéticos: es una afirmación en la que se dice algo que no está incluido en el sujeto. Por ejemplo, en el juicio "El autor de este libro es aburridísimo", el autor del libro puede ser aburridísimo, pero también puede no serlo, de modo que el predicado nos dice algo que no podíamos saber simplemente analizando el sujeto.


- Juicios a priori: es una afirmación universal y necesaria. Por ejemplo, en el juicio "El triángulo tiene tres lados", lo que se dice del triángulo es válido para todos los triángulos (universal) y además es necesario para que un triángulo sea triángulo y no otra figura geométrica que tenga tres lados (necesario).


Pensemos ahora, por ejemplo, en la descripción que hace la física newtoniana de los fenómenos físicos a partir de las relaciones causales (causa-efecto) entre los cuerpos, que están presididas por la ley de la gravedad. De dichas relaciones se deriva que la tesis en la que se apoya el conocimiento científico sea el juicio "todo fenómeno físico tiene una causa":


- Es un juicio sintético, porque la idea de fenómeno físico no incluye necesariamente la idea de que tenga una causa. Todo lo que sucede en la naturaleza es un fenómeno físico. Por ejemplo, al escuchar el ruido en el cielo y preguntar "qué pasa", nos pueden responder "una tormenta". Así pues, la tormenta es, en este caso, el fenómeno ("lo que pasa"). Ahora bien, una cosa es preguntar por lo que sucede (que hay tormenta) y otra muy distinta, por qué sucede lo que sucede, es decir, su causa (¿por qué hay tormenta?). Se trata de dos cosas tan distintas que muchas veces sabemos lo que sucede (el fenómeno) pero ignoramos por qué sucede (su causa), y por ello puede afirmarse que el concepto que funciona como predicado no está incluido en el concepto que funciona como sujeto.


- Es un juicio a priori, porque la relación afirmada "todo fenómeno tiene una causa" nos lleva en física a no conformarnos con constatar que algo ha pasado (fenómeno), sino a buscar su causa porque aunque aún no la conozcamos, lo que ha pasado ha tenido que ser causado por algo. Por lo tanto, todo fenómeno ocurre necesariamente por alguna causa que es la que indaga la física después de constatar lo ocurrido.

2.3. ¿Cómo es posible la ciencia? Lo puro de la sensibilidad y del entendimiento.


a) De las ideas innatas al idealismo (puro) trascendental.


Lo que descartó Platón, a saber, que se pudieran hacer juicios universales y necesarios sobre el mundo sensible, es lo que ahora toca dar la vuelta, porque la Física de Newton, con su ley de la gravitación universal, ha mostrado acuerdo y progreso en su descripción de los fenómenos. Si queremos no solo aceptar que funciona sino que además es verdadera, tendremos que demostrar cómo es posible lo que parecía imposible: formular juicios universales y necesarios sobre la ciencia.


Puesto que de donde no hay no se puede sacar y nada da lo que no tiene, habrá que aceptar que la universalidad y necesidad de la ciencia no la pone el efecto que el mundo sensible tiene en nosotros, es decir, lo que no ponemos nosotros. ¿Qué nos queda entonces? Ir a buscar esa universalidad y necesidad en el sujeto, en nosotros. Una vez más, como es preceptivo en la filosofía moderna, nos corresponde analizar lo que encontramos en nuestra conciencia, nuestras propias facultades de conocimiento, tanto la sensibilidad (la principal fuente de conocimiento para el empirismo), como el entendimiento y la razón (las únicas de las que podemos fiarnos en el racionalismo).


- Kant llama "puro" a eso que encontramos en cada una de las facultades de conocimiento, pero purificado de cualquier añadido que proceda de la experiencia. Es decir, únicamente la forma pura de la sensibilidad, del entendimiento y de la razón. Lo innato de nuestra sensibilidad y de nuestra razón.


- Y llama trascendental a que eso puro lo tenemos todos los seres humanos (universal) porque no podemos sentir ni entender lo que sentimos (necesario) sin esas formas puras. Si para Santo Tomás de Aquino los trascendentales (uno, bueno, verdadero, bello) son las propiedades que comparten todos los entes por el hecho de existir, para Kant los trascendentales no son de las cosas, sino del sujeto. Son todas las estructuras que utilizan todos los sujetos racionales para construir y comprender la experiencia (no son de las cosas, sino del sujeto, pero referidos a las cosas).


Podríamos decir que Kant convierte las ideas innatas de Descartes (de las que se deducía todo el conocimiento del que no se podía dudar sin que interviniera la experiencia) en ideas puras trascendentales (que aunque sean innatas solo se usan correctamente para construir y comprender la experiencia).


Podemos, entonces anticipar cómo es posible emitir juicios univeresales y necesarios sobre la experiencia (particular y contingente). En realidad, la universalidad y necesidad de la ciencia la ponemos nosotros porque todo ser humano (universalidad) necesariamente utiliza las mismas ideas puras para construir y comprender la experiencia. Todos construimos y comprendemos la experiencia por igual y ningún sujeto racional puede hacerlo de otra manera.


b) El tiempo y el espacio: intuiciones puras de la sensibilidad.

La facultad encargada de hacernos presentes las cosas es la sensibilidad. Kant estudia la sensibilidad en la parte de la Crítica de la razón pura denominada "estética trascendental".


- De las impresiones al fenómeno.


Siendo como somos seres temporales, solo podemos sentir algo si dura en el tiempo. Además, siendo como somos seres corporales que ocupan un lugar en el espacio, solo podemos sentir algo físico si efectivamente ocupa un lugar en el espacio (extensión).


Por lo tanto, la duración y la extensión son las intuiciones puras de la sensibilidad que el sujeto impone a cualquier estímulo (impresión) para que podamos darnos cuenta de él. La unión de impresiones con su acondicionamiento temporal y espacial por parte de la sensibilidad del sujeto, recibe el nombre de fenómeno. Por lo tanto, no sentimos impresiones, sino fenómenos.


- La fundamentación de las matemáticas (aritmética y geometría) como ciencia.

Los momentos del tiempo se organizan entre sí de tal modo que, dados dos momentos cualesquiera, podemos establecer cuál acontece antes y cuál, después. Y a los conjuntos de números les pasa lo mismo: dados dos números cualesquiera -naturales, enteros, racionales...-, podemos establecer cuál de ellos es anterior al otro. La aritmética describe el tiempo y, por tanto, la duración de los fenómenos en el tiempo. La geometría se encarga del estudio el espacio. Luego, las afirmaciones válidas sobre el espacio que la geometría descubre son válidas para la porción de espacio que los cuerpos de la experiencia ocupan. La geometría describe el espacio y, por tanto, la extensión de los fenómenos físicos en el espacio.


- El noúmeno.


Como vemos la sensibilidad no es pasiva, como pensaban los empiristas, sino activa, no se limita a recibir el impacto de lo que nos pasa (impresiones), sino que gracias a las intuiciones puras de la sensibilidad configura las impresiones para que estemos en condiciones de sentirlas. A esa suma de impresiones más intuiciones puras espacio-temporales, la llamamos fenómeno. Sin embargo, nada nos garantiza que lo que se deja acondicionar espacio-temporalmente de la impresión sea toda la realidad. Bien puede haber dimensiones de la realidad que no estemos en condiciones de sentir porque no se dejan reconstruir espacio-temporalmente. A eso que se nos escapa del conocimiento lo llama Kant noúmeno. No podemos conocerlo pero bien podemos pensar que existe. Por lo tanto, solo una parte de la realidad es compatible con nuestra forma de conocerla.

c) Las categorías: formas puras del entendimiento.


La parte de la Crítica de la razón pura en la que Kant analiza el entendimiento recibe el nombre de "analítica trascendental".


- Del fenómeno al juicio.


Los seres humanos construimos fenómenos (imponemos la duración y la extensión a las impresiones) no solo para poder darnos cuenta de las impresiones (de que algo nos afecta), sino que necesitamos identificar qué estamos sintiendo. Necesitamos juzgar los fenómenos, es decir, comprenderlos en un juicio: "este fenómeno es tal cosa (categoría) La facultad encargada de juzgar o de unir (sintetizar) lo que sentimos (fenómenos) con su identificación, es el entendimiento, que utiliza sus formas puras llamadas categorías.


- Fundamentación de la física como ciencia.


La física analiza las relaciones causales necesarias que se dan en los procesos físicos. Ahora bien, ¿por qué hay relaciones causales y por qué son estas necesarias? La razón es que la de causa es la categoría fundamental con que el entendimiento sintetiza lo presente a la sensibilidad. El entendimiento de relaciones causales es el procedimiento fundamental de organización del entendimiento de lo dado a la sensibilidad (como muestra el ejemplo del sol y la piedra). La física nos dice que el movimiento de los cuerpos es el resultado de la interacción (causalidad recíproca) de las fuerzas gravitatorias. El fundamento de los juicios sintéticos a priori (universales y necesarios) que expresan el conocimiento físico se encuentra en el modo en que el entendimiento organiza lo presente a la sensibilidad.


2.4. Las ideas regulativas de la razón.


La parte de la Crítica de la razón pura que se dedica al estudio de la razón se denomina "dialéctica trascendental".


Toda experiencia es o un fenómeno físico (si tiene duración y extensión) o psíquico (si solo tiene duración). Kant llama "razón" a la facultad humana que funciona sistematizando, de acuerdo con sus ideas regulativas, lo que ha sido sintetizado por el entendimiento.

a) Imposibilidad de la metafísica como ciencia.


Las categorías solo pueden aplicarse a lo presente en nuestra experiencia sensible (fenómenos), y no a lo que se sustrae de ella (noúmenos). Este aspecto reviste gran importancia, porque la metafísica tradicional de Descartes considera posible la aplicación de las categorías (las ideas innatas) a objetos que no se dan en la experiencia sensible: el mundo, el alma y Dios. La cosmología, la psicología y la teología tradicionales (las presuntas ramas del saber metafísico) se desarrolla a partir de un error garrafal: la aplicación ilegítima de las categorías del entendimiento al mundo, al alma y Dios. Porque el mundo no es un objeto de la experiencia sensible, pues no lo experimentamos como totalidad, sino tan solo de forma parcial, ni Dios ni el alma son objeto de la experiencia sensible, pues, por definición, son suprasensibles: están más allá de la experiencia sensible.


Por lo tanto, si conocer científicamente algo es "juzgarlo" sobre la base de las categorías del entendimiento, estas solo son aplicables a lo presente a la experiencia sensible. Ahora bien, Dios, alma y mundo no pueden estar presentes a dicha experiencia. En conclusión, no es posible un conocimiento científico de Dios, el alma y el mundo. No es posible que la metafísica sea una ciencia.
b) La metafísica como actividad clasificadora del conocimiento: de los juicios a su sistematización bajo las ideas regulativas (mundo, alma, Dios).
La metafísica no produce conocimiento propiamente dicho porque sus ideas regulativas no sirven para construir ni para comprender la experiencia. Pero esas ideas regulativas sí sirven para almacenar ordenadamente el conocimiento que nos proporcionan las ciencias:
- Bajo la idea de alma se ordenan todos los conocimientos que nos proporciona la física de los fenómenos inmateriales (los que solo tienen duración).
- Bajo la idea de mundo se ordenan todos los conocimientos que nos proporciona la física de los fenómenos materiales (que tienen duración y extensión).
- Bajo la idea de Dios se ordenan todos los conocimientos anteriores en una unidad aún máyor. la idea de lo infinito que incluye todo en sí sin dejar nada fuera.


c) Conocer lo fenoménico (ciencia) y pensar lo nouménico (metafísica).


No se pueden utilizar las ideas regulativas de la razón (las ideas innatas de mundo, alma y Dios) como si fueran categorías del entendimiento, porque mientras que éstas identifican los fenómenos sintetizándolos con las categorías en los juicios sintéticos a priori, las ideas regulativas no se refieren a ningún fenómeno. Usan las categorías del entendimiento para proceder lógicamente en lo que la razón es capaz de deducir de esas ideas. Pero ninguna de sus afirmaciones se refiere a lo que pasa fuera del sujeto.


Sin embargo, una vez descartada la validez científica de esta tendencia de la razón a seguir pensando más allá de lo dado en los fenómenos, la metafísica cumple una función indispensable para la racionalidad humana. El ser humano no se conforma con lo fenoménico. Puede y aspira a seguir pensando en lo nouménico, es decir, en aquella dimensión de lo real que no podemos conocer porque no estamos en condiciones de configurar espacio-temporalmente. ¿Qué hay más allá de mí dimensión espacio temporal (alma), qué hay más allá de la visión del mundo que nos ofrece la ciencia (mundo) y qué hay más allá del alma y del mundo (Dios)?


Tenemos ejemplos en la historia de la filosofía:


- En la Época Antigua,  Platon y su metafísica de la physis: además de describir cómo se manifiesta el mundo a lo sentidos, puedo pensar por qué siendo cambiante y diverso, siempre cambia como si tuviera una finalidad, como si fuera copia o quisiera participar de algo que está más allá de él que es mucho más perfecto.


- En la Época Medieval, San Agustín y su metafísica del alma: yo no soy solalmente aquello de lo que me informa mi autoexploración psicológica. Puedo pensar más allá de mí, trascenderme, y encontrar "interior intimo meo", más íntimo que yo mismo, la presencia de la Trinidad.


- En la Época Moderna, Descartes y su teología racional: además de constatar en mi mente la idea de una perfección infinita en acto respeto a la cual me doy cuenta de que dudo, puedo buscar una causa que esté a la altura de esa idea, es decir, Dios.













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