Fragmento de la Política de Aristóteles. |
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1. Teleología y eudeimonismo social de la polis (teoría hilemórfica).
1.1. La causa final de la polis.
1.2. La función propia de la polis: el bien común (vivir bien en comunidad).
1.3. La teoría hilemórfica.
a) Materia: el cuerpo social.
b) Forma: el estado.
2. El cuerpo social de la polis: componentes.
2.1. Análisis científico de la polis.
2.2. El animal político.
a) Voz.
b) Palabra.
2.3. La casa.
a) Crematística.
b) La esclavitud.
2.4. La aldea.
3. La forma del cuerpo social: los regímenes políticos del estado.
3.1. Formas de gobierno correctas: defienden el bien común.
3.2. Formas de gobierno incorrectas: defienden el bien privado.
4. La sustancia política: la polis.
4.1. Comunidad natural.
4.2. Anterioridad lógica de la ciudad sobre sus partes.4.3. Autosuficiencia o autarquía y perfección de la ciudad.
4.4. ¿Cuál de los regímenes políticos es el mejor?
5. Individuos sin uso público de la palabra.
6. La amistad.
1. Teleología y eudeimonismo social de la polis.
La ética aristótelica culmina en la política, que es la ciencia práctica (el uso práctico de la razón) más importante, porque no busca el bien o la felicidad del individuo (como hace la ética), sino el bien común, en el marco del Estado.
1.1. La causa final de la polis.
Todos los actos humanos se explican ("logos") por su causa final ("telos"): teleología. Es decir, se explican por el fin que persiguen, lo que se busca con ellos. También la creación de la ciudad-estado ("polis") ha de responder a un fin que se considere bueno. Ese fin no puede ser otro (como también sucede en el caso de la ética) que el más elevado e importante de todos los que el hombre se propone: la felicidad o eudemonismo social, el bien común.
1.2. La función propia de la polis: el bien común (vivir bien en comunidad).
Del mismo modo que el hombre adulto no se limita a vivir (a satisfacer las urgencias de la vida con moderación) sino que trata de vivir bien, virtuosamente (tener un buen carácte, ser feliz), tampoco la ciudad sirve solo para satisfacer las necesidades básicas (supervivencia). Vivimos en sociedad, sobre todo, para "vivir bien" en comunidad (bien común, felicidad social). Esto es así porque al no poder ser autosuficiente el individuo aislado, sólo en la polis, gracias a la ley y a la educación, puede éste llevar una vida buena, satisfaciendo tanto sus necesidades inmediatas (gracias al uso productivo de la razón), por ejemplo con la economía o crematística ("vivir o sobrevivir") como desarrollando las virtudes cívicas ("vivir bien" en comunidad, bien común).
1.3. La teoría hilemórfica.
Aristóteles utiliza la teoría hilemórfica para explicar la estructura de la realidad física. "Hyle" significa materia y "morphé", forma. De ese modo, todas las sustancias (realidades, cosas), están compuestas de materia y forma. Por ejemplo, el ser humano es un compuesto de materia (cuerpo) y forma (alma racional). Del mismo modo, también la polis se puede describir con esta teoría. Las polis es la sustancia; el cuerpo social es la materia y el estado es la forma. Por lo tanto, la polis es un compuesto de materia y forma:
a) El cuerpo social.
La materia o cuerpo de la polis son los componentes sociales: individuos que son sociables por naturaleza, que se agrupan de manera natural en familias y aldeas. Son los órganos del cuerpo social: la polis.
b) El estado: alma de la sociedad.
La forma de la polis son los gobernantes y la estructura del estado. Lo mismo que la razón manda en el ser humano, ellos también mandan en la sociedad.
2. El cuerpo social o materia de la polis: sus componentes.
2.1. Análisis científico de la polis.
Como la naturaleza no hace nada en vano (lo que es natural lo es por algo), Aristóteles analiza "científicamente" las componentes naturales de la sociedad para saber:
- De qué está hecha (su naturaleza o esencia).
- Y para qué está hecha (su teleología).
Lo mismo sucede con la ética. Aristóteles analiza la esencia humana (animal racional: pasiones -placer, dolor- y facultades -sensibilidad, razón y libertad-), para luego diseñar qué virtudes (costumbres, hábitos o modos de ser), le vienen bien para que, siendo lo que somos (animales racionales) llevemos una buena vida (eudaimonía).
Del mismo modo que la teleología o causa final por la que la naturaleza nos da los ojos es para ver, del mismo modo somos animales racionales para tener un buen carácter y ser felices, y animales sociables por naturaleza para vivir juntos buscando el bien común.
Por lo tanto, la ciudad es lo que es por naturaleza no por artificio de la razón. La política de Aristóteles se opone, por lo tanto, a cualquier teoría del pacto social según la cual la sociedad sería resultado de la razón productiva, es decir, fruto de una tecnología u oficio de los seres humanos que pudiendo ser autosuficientes deciden, sin embargo, por conveniencia firmar un contrato social. Si el ser humano no fuera sociable por naturaleza, no podría vivir en sociedad porque ese agrupamiento de seres humanos sería una amenaza para todos.
2.1. Análisis científico de la polis.
Como la naturaleza no hace nada en vano (lo que es natural lo es por algo), Aristóteles analiza "científicamente" las componentes naturales de la sociedad para saber:
- De qué está hecha (su naturaleza o esencia).
- Y para qué está hecha (su teleología).
Lo mismo sucede con la ética. Aristóteles analiza la esencia humana (animal racional: pasiones -placer, dolor- y facultades -sensibilidad, razón y libertad-), para luego diseñar qué virtudes (costumbres, hábitos o modos de ser), le vienen bien para que, siendo lo que somos (animales racionales) llevemos una buena vida (eudaimonía).
Del mismo modo que la teleología o causa final por la que la naturaleza nos da los ojos es para ver, del mismo modo somos animales racionales para tener un buen carácter y ser felices, y animales sociables por naturaleza para vivir juntos buscando el bien común.
Por lo tanto, la ciudad es lo que es por naturaleza no por artificio de la razón. La política de Aristóteles se opone, por lo tanto, a cualquier teoría del pacto social según la cual la sociedad sería resultado de la razón productiva, es decir, fruto de una tecnología u oficio de los seres humanos que pudiendo ser autosuficientes deciden, sin embargo, por conveniencia firmar un contrato social. Si el ser humano no fuera sociable por naturaleza, no podría vivir en sociedad porque ese agrupamiento de seres humanos sería una amenaza para todos.
Así que si en el alma humana encontramos pasiones, facultades y modos de ser, ¿qué encontramos en una ciudad?
2.2. El animal político.
La ciudad está compuesta por individuos sociables por naturaleza, que como animales tienen "voz" pero que como animales racionales tienen también "palabra".
a) Voz.
2.2. El animal político.
La ciudad está compuesta por individuos sociables por naturaleza, que como animales tienen "voz" pero que como animales racionales tienen también "palabra".
a) Voz.
Los animales, incluido el hombre, tienen voz, es decir, emiten sonidos que expresan el placer y el dolor. El hombre, además, tiene palabra, que es la expresión de lo justo y lo injusto.
b) Palabra o logos.
Como los animales no tienen ni alma racional ni palabra, únicamente se mueven impulsados por el placer y el dolor, y solo llegan a formar enjambres o rebaños; en cambio, el ser humano, al poseer la razón y la palabra, tiende a unirse a los demás hombres para vivir racionalmente, conforme al bien y a la justicia, creando leyes. Hay que notar aquí que razón o "logos", significa tanto pensamiento (lo lógico) como palabra (lenguaje).
El hombre, por lo tanto, es social, porque su alma racional y el lenguaje le permiten conocer lo justo y lo injusto, así como crear leyes que regulen la vida colectiva, con vistas al bien común. Por ese motivo, Aristóteles no solo define al hombre como animal racional, sino también como animal cívico o político: es una animal que tiende (teleología) naturalmente (no por decisión) a vivir en sociedad, y no es concebible fuera de la ciudad.
2.3. La casa.
Es la forma de unión natural más elemental del animal racional sociable por naturaleza.
a) Crematística.
Del mismo modo que los animales se unen para procrear, los hombres forman familias para satisfacer sus necesidades sexuales y alimenticias. La urgencia del vivir hace que en la familia, y por extensión también en toda la ciudad, la economía ("crematística") sea importantísima: los animales racionales somos seres complementarios que se necesitan mutuamente para sobrevivir y viven en una misma casa según relaciones de subordinación naturales (amos y esclavos, marido y esposa, padres e hijos). Al frente está el padre que gobierna sobre su esposa, hijos y esclavos, pero ejerce su poder de un modo distinto en cada caso.
b) La esclavitud.
Se detiene Aristóteles en una de esas relaciones domésticas, la de amo y esclavo. Y se pregunta: ¿hace falta alguna ciencia que enseñe cómo tratar adecuadamente a los esclavos? ¿Es la esclavitud una relación natural o convencional? Si fuese convencional, la naturaleza del amo y del esclavo, en cuanto hombres, sería la misma, y la esclavitud sería un institución antinatural, basada en el derecho espurio de la fuerza. Sin embargo, el esclavo lo es por naturaleza y no constituye más que un "instrumento animado" al servicio de su señor.
2.4. La aldea.
b) Palabra o logos.
Como los animales no tienen ni alma racional ni palabra, únicamente se mueven impulsados por el placer y el dolor, y solo llegan a formar enjambres o rebaños; en cambio, el ser humano, al poseer la razón y la palabra, tiende a unirse a los demás hombres para vivir racionalmente, conforme al bien y a la justicia, creando leyes. Hay que notar aquí que razón o "logos", significa tanto pensamiento (lo lógico) como palabra (lenguaje).
El hombre, por lo tanto, es social, porque su alma racional y el lenguaje le permiten conocer lo justo y lo injusto, así como crear leyes que regulen la vida colectiva, con vistas al bien común. Por ese motivo, Aristóteles no solo define al hombre como animal racional, sino también como animal cívico o político: es una animal que tiende (teleología) naturalmente (no por decisión) a vivir en sociedad, y no es concebible fuera de la ciudad.
2.3. La casa.
Es la forma de unión natural más elemental del animal racional sociable por naturaleza.
a) Crematística.
Del mismo modo que los animales se unen para procrear, los hombres forman familias para satisfacer sus necesidades sexuales y alimenticias. La urgencia del vivir hace que en la familia, y por extensión también en toda la ciudad, la economía ("crematística") sea importantísima: los animales racionales somos seres complementarios que se necesitan mutuamente para sobrevivir y viven en una misma casa según relaciones de subordinación naturales (amos y esclavos, marido y esposa, padres e hijos). Al frente está el padre que gobierna sobre su esposa, hijos y esclavos, pero ejerce su poder de un modo distinto en cada caso.
b) La esclavitud.
Se detiene Aristóteles en una de esas relaciones domésticas, la de amo y esclavo. Y se pregunta: ¿hace falta alguna ciencia que enseñe cómo tratar adecuadamente a los esclavos? ¿Es la esclavitud una relación natural o convencional? Si fuese convencional, la naturaleza del amo y del esclavo, en cuanto hombres, sería la misma, y la esclavitud sería un institución antinatural, basada en el derecho espurio de la fuerza. Sin embargo, el esclavo lo es por naturaleza y no constituye más que un "instrumento animado" al servicio de su señor.
2.4. La aldea.
La unión de casas forma la aldea, que es una colonia de la casa. Por eso en la aldea aún no hay verdadera política, pues se gobierna con los criterios de la autoridad familiar. En efecto, existe una jerarquía correlativa en la comunidad y los bienes: la comunidad superior tiende al bien superior. La comunidad superior es la polis y comprende a las demás. Por eso, no es lo mismo gobernar una ciudad, una familia o una aldea.
3. La forma del cuerpo social de la polis: los regímenes políticos del estado.
Del mismo modo que un ser vivo está formado -como sustancia- por alma y cuerpo (siendo el alma la forma que estructura, vivifica y dirige al cuerpo), los gobernantes (hombres libres o "amos") y el Estado que ellos dirigen dan forma y organizan al resto del cuerpo social: mujeres, niños, extranjeros y esclavos.
El régimen político político o estado es un modo de organización de la sociedad. El régimen político, varía, por lo tanto, en función de la forma de gobierno. Pues bien, el gobierno puede ser de uno solo, de la minoría o de la mayoría. En cualquiera de los casos el gobierno será correcto si sus decisiones están en consonancia con la finalidad de la polis, que es, como hemos visto, conseguir el bienestar y la felicidad de los ciudadanos, esto es, si defiende el bien común; y será incorrecto si defiende sus propios intereses. Tenemos, por lo tanto, un total de seis formas de gobierno:
3.1. Formas de gobierno correctas -justas-: defienden el bien común.
- La monarquía: cuando gobierna uno solo en bien de la comunidad.
- La aristocracia: cuando gobierna la minoría de los mejores en beneficio de todos.
- La república ("politeia"): cuando gobierna la mayoría en beneficio de todos.
Estas formas de gobierno son justas porque habitualmente aciertan con las leyes que tienen que organizar la polis de manera que sea la comunidad perfecta para perseguir el bien común.
3.2. Formas de gobierno incorrectas -injustas-: defienden el bien privado.
- La tiranía: cuando gobierna uno solo en su beneficio o en el de un grupo. Es la degeneración de la monarquía.
- La oligocracia: cuando gobiernan los ricos en su propio beneficio. Es la degeneración de la aristocracia.
- La democracia: cuando gobiernan los pobres, que son la mayoría, en su propio beneficio. Es una degeneración de la república.
3.2. Formas de gobierno incorrectas -injustas-: defienden el bien privado.
- La tiranía: cuando gobierna uno solo en su beneficio o en el de un grupo. Es la degeneración de la monarquía.
- La oligocracia: cuando gobiernan los ricos en su propio beneficio. Es la degeneración de la aristocracia.
- La democracia: cuando gobiernan los pobres, que son la mayoría, en su propio beneficio. Es una degeneración de la república.
Estas formas de gobierno son injustas porque ni aciertan ni pueden acertar habitualmente con las decisiones que hay que tomar para que la polis sea la comunidad perfecta para perseguir el bien común.
3.3. ¿Cuál de los regímenes correctos es el mejor?
Aplicando a la política el concepto ético de que la virtud está en el término medio, el mejor régimen es aquel en el que la clase media es numerosa y gobierna la ciudad. Podríamos pensar en una mezcla de República, Aristocracia y Democracia. De la República, el gobirno de los ciudadanos buscando juntos el bien común; de la Democracia, que esos ciudadanos sean el mayor número posible; de la Aristocracia, que esos ciudadanos no sean simplemente mayorías, sino los mejores en su capacidad para distinguir lo justo de lo injusto.
4. La polis: sustancia política.
La polis es un compuesto de materia y forma, donde la materia es el cuerpo social formado por animales racionales sociables por naturaleza, agrupados en familias y aldeas, organizados racionalmente bajo una determinada forma de estado. ¿Qué sustancia es este compuesto de materia y forma llamada polis?
4.1. Comunidad natural.
La ciudad, siendo como es una comunidad natural, un cuerpo, un organismo, es anterior al individuo aislado, a las familias y a las aldeas que son los órganos que la forman.
Cuando decimos que la ciudad es "anterior" al individuo, a la familia y a las aldeas, no lo decimos en sentido temporal, ni físico, sino estrictamente lógico: el todo siempre es anterior a las partes; si no hay un todo, es imposible que pueda haber partes. Las funciones de cada parte (individuos, familias, aldeas) carecen de sentido si no se conjuntan, complementariamente, en un todo.
4.2. Anterioridad lógica de la ciudad sobre sus partes.
Esa anterioridad lógica se pone de manifiesto en la sociabilidad natural del hombre que es la condición de posibilidad de cualquier agrupamiento, y, por ello mismo, es anterior a cualquiera de ellos. Por lo tanto, podemos decir que la ciudad es la forma o estructura hacia la que se dirigen ("telos") en su desarrollo todas las demás comunidades inferiores (familias o aldeas) porque la ciudad es ese todo que da sentido a esas partes. Del mismo modo que los órganos de un ser vivo no tienen sentido ni cumplen función alguna al margen del conjunto total del organismo (a no ser que se trate de un ser artificial, como una estatua, cuyas partes aisladas pueden ser también bellas cuando se las considera por separado), el individuo, las casas y las aldeas no tienen sentido al margen de la totalidad del Estado del que forman parte.
4.3. Sustancia: autosuficiencia o autarquía y perfección de la ciudad.
Cuando un ser vivo se ha desarrollado plenamente, decimos que es autosuficiente (autarquía). Igual sucede con la ciudad: cuando de verdad se da, es la forma social autosuficiente y perfecta. Por lo tanto, el Estado posee prioridad, porque únicamente él es autárquico y se basta a sí mismo (no así las familias o las aldeas). Es en él donde el hombre puede alcanzar su perfección, ya que solo el Estado le permite, mediante la educación, actualizar todas sus potencialidades inherentes a su naturaleza, tanto intelectuales como morales.
3.3. ¿Cuál de los regímenes correctos es el mejor?
Aplicando a la política el concepto ético de que la virtud está en el término medio, el mejor régimen es aquel en el que la clase media es numerosa y gobierna la ciudad. Podríamos pensar en una mezcla de República, Aristocracia y Democracia. De la República, el gobirno de los ciudadanos buscando juntos el bien común; de la Democracia, que esos ciudadanos sean el mayor número posible; de la Aristocracia, que esos ciudadanos no sean simplemente mayorías, sino los mejores en su capacidad para distinguir lo justo de lo injusto.
4. La polis: sustancia política.
La polis es un compuesto de materia y forma, donde la materia es el cuerpo social formado por animales racionales sociables por naturaleza, agrupados en familias y aldeas, organizados racionalmente bajo una determinada forma de estado. ¿Qué sustancia es este compuesto de materia y forma llamada polis?
4.1. Comunidad natural.
La ciudad, siendo como es una comunidad natural, un cuerpo, un organismo, es anterior al individuo aislado, a las familias y a las aldeas que son los órganos que la forman.
Cuando decimos que la ciudad es "anterior" al individuo, a la familia y a las aldeas, no lo decimos en sentido temporal, ni físico, sino estrictamente lógico: el todo siempre es anterior a las partes; si no hay un todo, es imposible que pueda haber partes. Las funciones de cada parte (individuos, familias, aldeas) carecen de sentido si no se conjuntan, complementariamente, en un todo.
4.2. Anterioridad lógica de la ciudad sobre sus partes.
Esa anterioridad lógica se pone de manifiesto en la sociabilidad natural del hombre que es la condición de posibilidad de cualquier agrupamiento, y, por ello mismo, es anterior a cualquiera de ellos. Por lo tanto, podemos decir que la ciudad es la forma o estructura hacia la que se dirigen ("telos") en su desarrollo todas las demás comunidades inferiores (familias o aldeas) porque la ciudad es ese todo que da sentido a esas partes. Del mismo modo que los órganos de un ser vivo no tienen sentido ni cumplen función alguna al margen del conjunto total del organismo (a no ser que se trate de un ser artificial, como una estatua, cuyas partes aisladas pueden ser también bellas cuando se las considera por separado), el individuo, las casas y las aldeas no tienen sentido al margen de la totalidad del Estado del que forman parte.
4.3. Sustancia: autosuficiencia o autarquía y perfección de la ciudad.
Cuando un ser vivo se ha desarrollado plenamente, decimos que es autosuficiente (autarquía). Igual sucede con la ciudad: cuando de verdad se da, es la forma social autosuficiente y perfecta. Por lo tanto, el Estado posee prioridad, porque únicamente él es autárquico y se basta a sí mismo (no así las familias o las aldeas). Es en él donde el hombre puede alcanzar su perfección, ya que solo el Estado le permite, mediante la educación, actualizar todas sus potencialidades inherentes a su naturaleza, tanto intelectuales como morales.
La polis es la forma política perfecta porque cuando es gobernada por un estado justo, ni le sobra ni le falta nada para que los animales racionales sociables por naturaleza puedan darse leyes que garanticen el bien común.
5. Individuos sin uso público de la palabra.
Hay individuos que viven fuera de la ciudad y los hay que viviendo dentro de ella solo lo hacen en el seno de las familias.
Un sujeto solo podría vivir fuera de la ciudad por tres causas: porque se ve apartado casualmente de ella, porque es un ser bestial, inferior al hombre y amante de la guerra, o porque un exceso de sabiduría le ha hecho semejante a los dioses. Pero estos casos son muy raros. Solo el Estado permite "actualizar" todas las potencialidades del animal racional, tanto intelectuales (dianoéticas) como morales (éticas), que alberga su naturaleza. Fuera del estado, y al margen de la ley y la justicia, el hombre es el peor animal que existe, pues entonces nada modera sus impulsos y, armado de su inteligencia, se hace sumamente peligroso. El fin de la polis es la justicia (el orden de la comunidad civil) porque dirige hacia el bien las capacidades que tenemos los humanos porque, sin justicia, el ser humano es el ser más feroz.
Sin embargo, no todos los hombres que viven dentro de la ciudad son considerados ciudadanos. No lo son ni las mujeres, ni los extranjeros, ni los esclavos, que por naturaleza están supeditados a las relaciones de subordinación de las casas. El caso de los extranjeros merece una explicación más detenida. De la misma manera que el alma racional está destinada por naturaleza a mandar sobre las pasiones, también los griegos, hombres racionales y libres, han de mandar sobre los bárbaros (los extranjeros que no hablan griego y por lo tanto no pueden usar la palabra para buscar lo justo con los demás).
6. La amistad.
La amistad ("philía") es una manifestación afectiva entre quienes se sienten parte de una misma comunidad. Por ello, la amistad puede darse en el seno de la familia o entre la comunidad de ciudadanos, en cuyo caso se habla de la amistad civil. La amistad, en especial la amistad civil, puede ser considerada una virtud social, pues si el hombre es social por naturaleza, la amistad es la manifestación más palpable de esa sociabilidad, dado que la amistad implica concordia, deseo de vivir juntos.
5. Individuos sin uso público de la palabra.
Hay individuos que viven fuera de la ciudad y los hay que viviendo dentro de ella solo lo hacen en el seno de las familias.
Un sujeto solo podría vivir fuera de la ciudad por tres causas: porque se ve apartado casualmente de ella, porque es un ser bestial, inferior al hombre y amante de la guerra, o porque un exceso de sabiduría le ha hecho semejante a los dioses. Pero estos casos son muy raros. Solo el Estado permite "actualizar" todas las potencialidades del animal racional, tanto intelectuales (dianoéticas) como morales (éticas), que alberga su naturaleza. Fuera del estado, y al margen de la ley y la justicia, el hombre es el peor animal que existe, pues entonces nada modera sus impulsos y, armado de su inteligencia, se hace sumamente peligroso. El fin de la polis es la justicia (el orden de la comunidad civil) porque dirige hacia el bien las capacidades que tenemos los humanos porque, sin justicia, el ser humano es el ser más feroz.
Sin embargo, no todos los hombres que viven dentro de la ciudad son considerados ciudadanos. No lo son ni las mujeres, ni los extranjeros, ni los esclavos, que por naturaleza están supeditados a las relaciones de subordinación de las casas. El caso de los extranjeros merece una explicación más detenida. De la misma manera que el alma racional está destinada por naturaleza a mandar sobre las pasiones, también los griegos, hombres racionales y libres, han de mandar sobre los bárbaros (los extranjeros que no hablan griego y por lo tanto no pueden usar la palabra para buscar lo justo con los demás).
6. La amistad.
La amistad ("philía") es una manifestación afectiva entre quienes se sienten parte de una misma comunidad. Por ello, la amistad puede darse en el seno de la familia o entre la comunidad de ciudadanos, en cuyo caso se habla de la amistad civil. La amistad, en especial la amistad civil, puede ser considerada una virtud social, pues si el hombre es social por naturaleza, la amistad es la manifestación más palpable de esa sociabilidad, dado que la amistad implica concordia, deseo de vivir juntos.