viernes, 23 de febrero de 2018

Hume

EL PROBLEMA DE LA ÉTICA EN DAVID HUME

1. Los juicios morales.

1.1. Tipos de juicios.

La razón puede elaborar dos tipos de juicios que se refieren a:

a) Conocimiento de hechos, propio de las ciencias empíricas.

Está constituido por todas las proposiciones que se refieren a datos de hecho. Los datos de hecho se obtienen de las impresiones, que son actos inmediatos de experiencia, ya sea externa (impresiones de sensación por las que conocemos las cualidades de los objetos del mundo exterior) o interna (impresiones de reflexión o pasiones, con las que conocemos nuestros estados internos de conciencia).

b) Conocimiento de relaciones entre ideas propio de las Matemáticas y la Lógica.

Está constituido por todas las proposiciones que trabajan con puras ideas.  Al decir que  son puras, prescindimos de si esas ideas corresponden a algún contenido o no, es decir, si dicen algo de la realidad. Solo se fijan en las asociaciones que establece la imaginación entre esas ideas al formar ideas complejas. Las proposiciones que describen las leyes de asociación de la imaginación (semejanza, contigüidad y causalidad), están sometidas a su vez a un principio fundamental: el principio de no contradicción, que es la norma básica de la lógica y de las matemáticas.

1.2. Peculiaridad de los juicios morales: no se basan en la razón.

Pero los juicios morales no pretenden ser ni conocimientos de hechos ni conocimiento de relaciones entre ideas. Los juicios morales dicen algo más que enunciar meros hechos, someten a una valoración tales hechos; valoración que tales hechos no traen consigo. Por ejemplo, el juicio "No se debe robar", enuncia algo diferente a que un robo se dé o no se dé, de hecho; emite una valoración del hecho de robar. Valoración que se basa en las emociones y no en la razón.

1.2. La falacia naturalista.

En efecto, no es racional afirmar "no se debe robar". Cuando decimos que no es racional, queremos decir que no hay ningún hecho al que corresponda ese juicio (no hay ciencia empírica que pueda ocuparse de él), ni tampoco su estructura depende de ninguna de las leyes de asociación. La prueba de su irracionalidad es que desde un punto de vista lógico ese juicio es falaz. Veamos por qué.

Esta falacia consiste en lo siguiente: cuando a partir de una descripción de un hecho (algo que “es”), pasamos a una prescripción (así “debe” ser), entonces estamos cometiendo un error de razonamiento. Para entender cómo funciona este error de razonamiento, es mejor ver un ejemplo. Si alguien dice, por ejemplo, que el ser humano “es” por naturaleza agresivo, es probable que esa misma persona se va a ver tentada a concluir que debemos ser agresivos o que tal vez es bueno ser agresivos (porque así piensan que “cumplimos” con nuestra naturaleza y muchos creen que siempre es bueno cumplir con nuestra “naturaleza”). Pero Hume dijo que es precisamente este paso el que no está justificado. Es decir, aunque fuera verdad que somos agresivos por naturtaleza (algo, en todo caso, muy debatible), esto no significa que tenemos un “deber de ser” agresivos. Claramente usamos nuestra razón para controlar nuestros impulsos y para decidir cómo nos conviene actuar en determinadas situaciones (esto está muy relacionada con otra falacia que se llama “falacia naturalista”).

Por lo tanto, ese "debe" no es racional, sino irracional, pasional, emocional, sentimental. Veamos cómo se puede fundar la moral en esta base irracional.

2. El emotivismo moral.

2.1. Escepticismo académico a propósito de la sustancia pensante y de la ley natural.

Si la moral se fundara en la razón entonces todos los juicios morales serían falaces. Pero tampoco se fundan en la ley natural.

Locke (y otros muchos filósofos) fundamentan la moral en una supuesta naturaleza humana. En efecto, para Locke los individuos están en posesión de unos derechos naturales que serían dados por Dios. Sin embargo, para Hume tal naturaleza no existe. La expresión de esa naturaleza humana en la modernidad es la conciencia, el yo, del que no hay conocimiento alguno.

En este sentido, Hume critica la sustancia pensante cartesiana. Aun admitiendo la validez de todo el proceso cartesiano de la duda metódica, esta únicamente nos demuestra que hay pensamientos indudables, pero no que haya algo tras esos pensamientos, es decir, no que haya una sustancia -llámese alma, conciencia, o yo- en la que se dan esos pensamientos y de la que se pudiera deducir, como hace Santo Tomás una ley natural.

Por lo tanto, la moral no se fundamenta en la ley natural porque no hay sustancia racional de la que pueda deducirse. Esta posición que niega la posibilidad de fundamentar el conocimiento en una realidad, en este caso en un yo, que esté más allá de los fenómenos se llama escepticismo académico.

Por lo tanto, si los juicios morales no se pueden fundamentar en la ley natural o en una sustancia racional inexistente, entonces se fundamentan en las pasiones (o impresiones de reflexión o sentimientos) con las que valoramos determinadas acciones o cualidades.

2.2. Fenomenismo e impresiones de reflexión: el emotivismo moral.

Cuando emitimos un juicio de valor acerca de un hecho, lo único que estaríamos haciendo es expresar los sentimientos que nos produce ese hecho; sentimientos que se reducen a dos básicos: agrado o desagrado. Así, cuando emitimos el juicio de valor "No debes robar", lo que en el fondo estamos diciendo es "Me desagrada que robes". Por lo tanto, los juicios morales son valoraciones de acciones y de cualidades, valoraciones que responden a fenómenos pasionales que son nuestros estados de conciencia como, por ejemplo, angustia, agrado, etc.  A esta postura que parte de que la moral se funda en los sentimientos se la conoce como emotivismo moral.

a) Determinismo y negación de la razón práctica.

Los jucios morales suscitan pasiones y promueven o impiden acciones que la razón es incapaz de suscitar porque no tiene poder para mover a la voluntad. Solo las pasiones tienen fuerza de voluntad para determinarnos a obrar. Esto significa aceptar el triunfo de las pasiones y negar que la razón pueda ser practica, es decir, que la razón pueda guiar y determinar a la voluntad.

Al realizar todos nuestros actos nos encontramos determinados por motivos internos (pasiones). Por lo tanto, el libre arbitrio es sinónimo de no-necesidad, esto es, de casualidad y, por lo tanto, constituiría un absurdo. La libertad no sería más que una simple espontaneidad, una ausencia de coerción externa. Se trata de una postura exactamente contraria a la que Kant defenderá en la "Crítica de la razón práctica". Todo lo más, la razón puede ponerse al servicio de las pasiones y colaborar con ellas, despertándolas y orientándolas.

b) El placer y el dolor desintersado.

Las pasiones se refieren al "yo", "es decir, aquella persona particular de cuyas acciones y sentimientos cada uno de nosotros está íntimamente convencido".

Hume habla de pasiones directas, que dependen en forma inmediata del placer y del dolor, como por ejemplo el deseo, la aversión, la tristeza, la alegría, la esperanza, el temor, la desesperación o la tranquilidad. Pues bien, el sentimiento que sirve de base a la moral es un sentimiento particular de placer y de dolor. La virtud provoca un placer de tipo particular, al igual que el vicio provoca un dolor de tipo particular.

¿De qué placer o dolor peculiar estamos hablando cuando  hablamos de moral? Ante la virtud de una persona, experimentamos un placer que nos impulsa a alabarla (del mismo modo que ante el vicio experimentamos un disgusto que nos impulsa a criticarlo). Se trata de un tipo de placer o de dolor desintersado. Justamente en eso consiste el rasgo específico del sentimiento moral: en ser desinteresado.

c) La utilidad.

¿Cómo sabemos que ese placer o dolor es de verdad desinteresado y por lo tanto moral?

Hume dice que en muchos casos nos agrada lo que es socialmente útil, y nos desagrada lo que es socialmente perjudicial. Por ejemplo, el robo nos agrada porque es perjudicial para la sociedad. Esta capacidad de sentir placer desintersasdo por lo útil socialmente muestra que el hombre es un ser social, que necesita de la sociedad para vivir, y por eso defiende determinados valores sociales.

Esta utilidad social es, precisamente, el criterio que nos permite evaluar el desinterés del placer y del dolor.  Por ejemplo, Hume disiente del individualismo de las teorías contractualistas de Hobbes y de Locke porque para los seres humanos, vivir en comunidad es más provechoso que la libertad y la independencia individuales.

c) El sentimiento de simpatia.

Pero, ¿cómo podemos coincidir en que nos agrade lo mismo y nos desagrade lo mismo? Gracias al sentimiento de simpatía.

- Sentido etimológico.

Simpatía es "conexión de pathos", es decir, de padecimientos, pasiones, estados de ánimo. Con una expresión más rotunda, podemos decir que etimológicamente simpatía significa "padecer con".

- ¿Cómo surge la simpatía?

Es un hecho la comunicación de estados de ánimo, de padecimientos, se sentimientos (impresiones de reflexión) que observamos entre seres humanos. Pues bien, ¿cómo se produce esta comunicación de estados de ánimo entre los hombres?

Hume lo explica así: a partir de la conversación con los otros, o a través de signos externos tales como la expresión del rostro, los gestos, etc., podemos hacernos una idea de las pasiones de ese individuo. Esa idea de sus pasiones puede adquirir tal vivacidad que se convierte ella misma en una pasión (es decir, una impresión de reflexión) para nosotros. Así surge la simpatía mediante la cual nos colocamos en el lugar del otro, "padecemos con" él.

- ¿Cómo conocemos las pasiones de los otros?

Ahora bien, ¿qué es lo que nos permite hacernos una idea de las pasiones de los otros? Gracias a las dos leyes básicas de asociación que ya hemos mencionado al hablar del conocimiento de relaciones de ideas, a saber: la semejanza y la contigüidad.

Por el hecho de pertenecer a la especie humana ya tenemos una serie de semejanzas con los otros hombres que nos permite hacernos cargo de su estado de ánimo. En efecto,  El sentimiento o capacidad de simpatizar con la felicidad o la desgracia ajenas es común a toda la humanidad y explica que las personas estén de acuerdo en juzgar pasiones. En palabras de Hume:

"... nos es imposible advertir en los demás una pasión o principio cuyo paralelo no encontremos en nosotros mismos".

Si además existen otras semejanzas como la lengua, el país, el carácter, etc., se facilita la simpatía.

Es necesario además que estemos en relación con las personas para que se produzca la simpatía, es decir, que exista una contigüidad entre ellas y nosotros.


4. Moral y religión.

Las ideas de virtud y de felicidad servirán de base a una moral que quiere desligarse de la religión. La religión no posee un fundamento moral. Entre religión y ética no existe una verdadera conexión. El fundamento de la ética, lo hemos dicho, es el sentimiento desinteresado y útil socialmente. En cambio, la religión posee un fundamento instintivo relacionado con el terror a la muerte y la preocupación por una vida futura.

martes, 20 de febrero de 2018

Locke

EL PROBLEMA DE LA METAFÍSICA Y DEL CONOCIMIENTO EN JOHN LOCKE (1630-1704).


0. Ilustración y empirismo.

1. Noción y génesis de las ideas.

1.1. Definición.

1.2. La génesis de las ideas.

a) Percepción.

b) Retención: contemplación y memoria.

c) Discernimiento.

d) Comparación.

e) Composición.

f) Abstracción.

2. Clases de ideas.

2.1. Simples.

a) Ideas de sensación.

- Cualidades secundarias.

- Cualidades primarias.

b) Ideas de reflexión.

c) Ideas de sensación y reflexión.

d)  Percepciones claras y distintas de las ideas simples.

2.2. Compuestas.

a) Sustancias.

b) Modos.

c) Relaciones.

d) Universales.

3. Verdad y conocimiento.

4. Grados y límites del conocimiento.

4.1. Intuición.

4.2. Demostración.

4.3. Sensación.

5. La realidad distinta de las ideas.

a) Idea del Yo.

b) Idea de Dios.

c) Idea del Mundo.


0. Ilustración y Empirismo.

La Ilustración y el Empirismo nacen en las Islas Británicas estrechamente vinculados. Ambas corrientes de pensamiento defienden el valor de la experiencia como fuente de conocimiento, así como el recurso a la razón para resolver los problemas de la vida social humana. Por este motivo son críticos con todo intento de fundamentar el saber o el orden social en criterios externos (tradición, autoridad, fe) a la capacidad racional del ser humano.

Las principales preocupaciones de la filosofía empirista se centran en el intento de desarrollar una teoría del conocimiento fundada en la experiencia (de ahí el nombre de esta corriente). La ilustración es una corriente de pensamiento que sobrepasa el marco estrictamente filosófico, para centrare en la defensa del progreso social, de la tolerancia religiosa, y, con frecuencia, del liberalismo político y económico.

Sin duda, John Locke es uno de los filósofos más influyentes en el liberalismo político y económico de los tres últimos siglos: su defensa de los derechos y libertades individuales, de la propiedad, del parlamentarismo, de la tolerancia, etc., se han dejado notar en muchas corrientes de filosofía política posteriores.

Pero Locke, además, es un filósofo del conocimiento, un empirista británio que abrió nuevos caminos con su "Ensayo sobre el entendimiento humano", caminos ue más tarde radicalizará el escocés David Hume hasta llegar a las últimas consecuencias con su "Investigación sobre el entendimiento humano".

Efectivamente, mientras que el empirismo de Bacon se centraba en el análisis del valor de la experiencia y del experimiento en el conocimiento científico, Locke entiende que no se trata de explicar el mundo por medio de la experiencia, sino de poner los límites del conocimiento en la experiencia misma: más allá de ella no hay veradero conocimiento prque todo conocimiento procede de ella.

1. Noción y génesis de las ideas.

1.1. Definición.

Locke llama idea, al igual que Descartes, al objeto del pensamiento, todo contenidode la mente. Las ideas se caracterizan por:

- Ser el objeto inmediato de nuestro conocimiento o percepción.

- Ser imágenes o "representaciones" de la realidad exterior. A esto se conoce como teoría representacionista: la idea es una "representación" de la cosa en la mente.

1.2. La génesis de las ideas.

Locke rechaza la concepción cartesiana de las ideas innatas. Frente a Descartes sostiene que en sus orígenes la mente es una tabla en blanco que se irá llenando con los contenidos dados por la experiencia. En la formación de las ideas concurren las siguientes facultades:

a) Percepción.

Es el primer grado de conocimiento por el que el sujeto entra en posesión de los datos de la experiencia, en forma de ideas.

b) Retención: contemplación y memoria.

Es la capacidad que nos permite conservar las ideas introducidas en la mente (contemplación), o reproducir las ideas que, después de impresas en ella, desaparecieron (memoria).

c) Discernimiento.

La capacidad que permite distinguir unas ideas de otras.

d) Comparación.

La capacidad que nos permite formar las ideas de relación ("más alto que", "ser padre de", etc.).

e) Composición.

Capacidad que nos permite asociar unas ideas con otras (ejemplo: la idea de "Minotauro" surge por un proceso de composición de "hombre" y "toro").

f) Abstracción.

Capacidad que nos permite separar las circunstancias individuales de las ideas particulares, forjando así ideas universales ("hombre", "toro"). Esta facultad es privativa de la especie humana. El resto las comparte con los animales.

2. Clases de ideas.

Hemos dicho que como Descartes, para Locke, idea es todo conocimiento de la mente; sin embargo, el empirista inglés sitúa la cuestión de la validez de las ideas en el psicologismo, esto es, en los fenómenos psíquicos que se producen en una mente que es "una página en blanco". Las ideas proceden únicamente de la experiencia de manera que no existen ideas innatas, y solo existen cuando son pensadas. Las ideas pueden ser de senación o de reflexión y simples o compuestas.

2.1. Simples.

Llama así a aquellas ideas que proceden exclusivamente de la experiencia, es decir, aquellas que el entendimiento recibe de modo totalmente pasivo. Estas ideas pueden ser de tres tipos según su procedencia:

a) Ideas de sensación.

La sensación es la primera fuente de procedencia de las ideas, y la más básica, las demás la presuponen. Son ideas de sensación las obtenidas a través de los sentidos externos. Locke distingue dos tipos de cualidades sensibles:

- Cualidades secundarias.

Aquellas ideas obtenidas a través de un solo sentido: color, sonido, olor, etc. Tienen solo significación subjetiva (para el individuo que siente).

- Cualidades primarias.

Aquellas obtenidas a través de varios sentidos a la vez: extensión, figura y movimiento. Tienen un valor objetivo, son inseparables de los cuerpos, es decir, corresponden a realidades materiales objetivas.

b) Ideas de reflexión.

La reflexión es el conocimiento de las ideas que se hallan en la mente (se puede decir que la sensación nos informa de algo externo a la mente, aunque no sea conocido en sí, y la reflexión nos informa del mundo interno de la mente). Son ideas de reflexión los conceptos del pensar, del querer y del desear.

c) Ideas de sensación y reflexión.

De la unión de las anteriores surge un tercer tipo de ideas simples tales como: agrado, desagrado, fuerza, existencia.

El entendimiento no puede inventar ideas simples que no procedan de esas dos vías. Ni puede destruir las que ya están en la mente. No es posible imagnar el sabor de algo que no se ha probado, el olor de lo que no se ha olido, etc. No es posible, pues, imaginar cualidades en los cuerpos que no nos hayan sido transmitidas por alguno de los cinco sentidos. Si nos faltara alguno de esos sentidos, las cualidades que conocemos por él nos serían tan desconocidas como ahora son las que conoceríamos a través de un sexto, séptimo u octaco sentido que no tenemos. Es posible que en otros lugares del universo haya otros seres inteligentes con capacidades distintas y para nosotros inimaginables.

d) Percepciones claras y distintas de las ideas simples.

Aunque las cualidades que afectan a nuestros sentidos están unidas en las cosas, a la mente le llegan simples y sin mezcla. Es decir, las ideas simples son perfectamente distintas. Y no hay nada más evidente que las percepciones claras y distintas de esas ideas simples. Los materiales de nuestro conocimiento son las ideas simples que le son proporcionadas a la mente por la sensacion o por la reflexion. Hay que notar que mientras que Descartes habla de "ideas claras y distintas", Locke habla de "percepciones claras y distintas" que la mente tiene de las ideas simples.

2.2. Compuestas.

Son ideas elaboradas a partir de las simples (conservadas por la retención y despertadas por la memoria) mediante procesos llevados a cabo por el resto de las facultades (discirniéndolas, comparándolas, componiéndolas y abstrayendo determinadas notas). Se distribuyen en cuatro categorías:

a) Sustancias.

Locke entiende la sustancia al modo aristotélico-escolástico, más que al cartesiano. Una idea de sustancia es una idea de una cosa que puede existir en sí; definición que le lleva a considerar sustancias cosas tales como un árbol, un animal, etc. Ahora bien, según los presupuestos del empirismo no conocemos sino lo que procede de las sensaciones, y es claro que no hay sensación de "este árbol", "aquel perro", sino solamente de colores, ideas de colores, etc. ¿Cómo se llega desde estas sensaciones a la idea de sustancia? Según Locke aquí interviene la actividad del entendimiento que por composición, agrupa una serie de ideas simples (tales como unas determinadas figuras, una gama de colores, de olores, etc.), en un todo que es "ese perro". Pero por mucho que agrupemos idea simples sigue sin aparecer la idea de sustancia por ningún lado, y entonces Locke se ve obligado a decir que la sustancia es algo necesario (algo en lo que van las cualidades -idea simples- o los modos), pero incognoscible.

b) Modos.

Son las ideas complejas de cosas que no pueden subsistir por sí. Los modos son, por tanto, estados y propiedades de cosas y procesos que, en cuanto tales, solo se dan en la sustancia. En este sentido, son algo similar a lo que la Metafísica aristotélico-escolástica llamaba accidentes.

c) Relaciones.

Proceden de la comparación de ideas simples. Entre ellas la relación causal y la relación de identidad.

d) Universales.

Al igual que las demás relaciones complejas surgen de una operación del entendimiento, el cual por abstracción unifica una colección de ideas en una sola (ejemplo: "hombre").

3. Verdad y conocimiento.

El conocimiento es la percepción de la correspondencia o no correspondencia entre ideas, y se expresa mediante el juicio. La verdad en sentido pleno es la verdad que se da en el entendimiento que elabora juicios, verdad como adecuación. Locke distingue entre varios grados de conocimiento. Además intenta delimitar los límites de este, por lo que podemos considerarlo un precursor de la filosofía crítica kantiana.

4. Grados y límites del conocimiento.

Locke distingue los siguientes grados de conocimiento:

4.1. Intuición.

Parte, como Descartes, de que la intuición, es decir, el conocimiento directo de nuestras ideas, es la forma básica de conocimiento. A través de la intuición obtenemos la certeza de nuestra propia existencia y el conocimiento de elementos simples de las Matemáticas.

4.2. Demostración.

Es el segundo grado de conocimiento. Locke se sirve de la demostración para llegar a la existencia de Dios (según Locke es necesaria una causa del mundo).

4.3. Sensación.

Es la información obtenida a través de los sentidos, procedente del mundo corpóreo.

Como vemos aquí, Locke se comporta, casi, como un cartesiano (de modo totalmente inconsecuente con sus tesis empiristas), al hacer de la sensación el grado más bajo de conocimiento. No obstante, a diferencia del racionalismo, Locke afirma que le conocimiento no puede ir más allá de la experiencia, por lo que tiene que desenvolverse dentro de los límites marcados por aquellos conocimientos que se resuelven en sus elementos primarios: las ideas simples. Además, el conocimiento cierto se da allí donde el entendimiento humano es pasivo: en la percepción de las ideas simples; pero no allí donde es activo: en la elaboración de las ideas complejas.

5. La realidad distinta de las ideas.

Locke distingue, siguiendo a Descartes, tres grandes ámbitos: el yo, Dios y los cuerpos.

a) Idea del Yo.

De la existencia del yo tenemos certeza intuitiva (Locke sigue en esto a Descartes).

b) Idea de Dios. De la existencia de Dios tenemos certeza demostrativa (utilizando el principio de causalidad).

c) Idea del Mundo.

De la existencia de los cuerpos tenemos certeza sensitiva (esto es, si tenemos sensaciones  es que son producidas por algo, con lo que de nuevo se recurre a un principio causal).